¡Buenos días makers!,

Hoy queremos compartir nuestra experiencia por Alemania durante el mes de junio, gracias al concurso organizado por la EOI, European Coworkings VII. Fue una oportunidad única de conocer de cerca la industria y la cultura alemanas, así como de aprender de los mejores profesionales del sector.

El viaje tuvo como destino la ciudad portuaria de Hamburgo, donde el increíble equipo de Impact Hub Hamburg encabezado por José Saldana y Boris Kozlowski, nos acogió y mentorizó durante la totalidad de la estancia. Durante esta semana tuvimos la oportunidad de conocer de primera mano una de las ciudades con mayor crecimiento industrial e innovador en la última década, además de un hub tecnológico pionero en Europa, gracias tanto al gran tráfico marítimo que canaliza su puerto, como a la presencia de decenas de centros de innovación. Dentro de la ciudad nos alojamos en el distrito de Altona, cerca de la estación de tren de Hamburg-Altona, por lo que pudimos agilizar la conexión con las distintas regiones alemanas, gracias a las conexiones ferroviarias de los trenes de alta velocidad, ICE.

Una experiencia inolvidable

Con el fin de maximizar el tiempo disponible, se organizó la semana de tal manera que la incubadora fuera el núcleo de trabajo durante la estancia, pudiendo disfrutar tanto de las instalaciones disponibles como del equipo y ecosistema que se empresarial disponible. Por esa misma razón, las jornadas promedio se centraron tanto en seguir avanzando con las tareas diarias, concertar citas con empresas relevantes del sector dentro del centro, como Fab City Hamburg y por supuesto la mentoría propuesta por el programa a través de los anfitriones. 

La infraestructura de la incubadora ofrece distintos ambientes de trabajo según las necesidades de las empresas, desde salas comunes donde realizar labores livianas, cabinas donde realizar entrevistas o conversaciones privadas, hasta oficinas y despachos para aquellos equipos que así lo soliciten, todo ello por supuesto acompañado de una azotea, cocina y salas de descanso; poco más se le puede pedir a un centro de trabajo.

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Berlín

El punto álgido de este viaje era por supuesto, conocer de primera mano el potencial industrial alemán, y qué mejor manera de hacerlo que visitando su capital, Berlín. Una ciudad que inspira nada más verla, llena de grandes zonas industriales, arquitectura que te deja con la boca abierta pero sobre todo, una mezcla de culturas y gentes que se hace presente en el arte y la comida. 

Una de las principales misiones de este programa de emprendimiento es impulsar el estrecho contacto con profesionales y empresas del sector en el país de destino, siendo en nuestro caso un aliciente extraordinario teniendo en cuenta que el mercado industrial germánico es el más potente de Europa dentro del sector de la fabricación digital, por lo que fue esencial establecer contactos profesionales con las mejores empresas y centros de innovación locales, como es el caso de Motionlab.Berlin. Este enorme makerspace de casi 3000m² sirve como base de operaciones, centro de innovación y lugar de encuentro para decenas de startups locales, especialmente sectores como la movilidad personal o el transporte. 

Dentro de sus instalaciones podemos encontrar principalmente puestos de fabricación organizados por tecnologías, con herramientas como impresoras 3D FDM, SLA, cortadoras y grabadoras láser, así como alguna que otra máquina CNC dentro de la parte de diseño/fabricación. Por otro lado estas compañías tienen a su disposición salas de reuniones, oficinas e incluso un salón de actos en el que realizar presentaciones para clientes, inversores o público interesado; en definitiva este tipo de espacios cubre todas las necesidades de localización que necesita un proyecto empresarial, salvo las labores de producción en masa, siendo la función principal el I+D y derivados.

A nivel nacional son cada vez más las comunidades que disponen de este tipo de espacios, como es el caso de grandes ciudades como Madrid, Bilbao o Barcelona, pero siguen siendo una opción muy interesante que importar a regiones como Canarias, donde la multidisciplinariedad y desarrollo tecnológico están a la orden del día, especialmente en el mundo de las startups y la fabricación digital.

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El viaje fue una experiencia increíble, que nos permitió conocer mejor el ecosistema emprendedor alemán, aprender de sus buenas prácticas y establecer relaciones profesionales y personales muy valiosas. Queremos agradecer por supuesto a la EOI, a su programa European Coworkings VII, por habernos dado esta oportunidad, a todas las personas que siguen haciendo posible que este proyecto salga adelante, pero sobre todo a Wilhelm Lappe por ser un excelente mentor y por continuar demostrando que la comunidad maker ha llegado para quedarse.

Vamos a fabricar! 🦾

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